Seamos realistas: minimizar o incluso suspender el uso de dispositivos eléctricos no puede ser la solución. Los dispositivos que ya se han producido ya han establecido su huella medioambiental; todo lo que podemos hacer ahora es asegurarnos de que ésta sea cada vez más pequeña a lo largo del período de uso. Por lo tanto, nuestra contribución a un medio ambiente sostenible es reprocesar tantos dispositivos usados como podamos y comercializarlos. Detrás de esto hay un cálculo muy simple: si uso un dispositivo el doble de tiempo, la huella ambiental se reduce a la mitad según el período de uso. Además, cada dispositivo usado reduce la necesidad de uno nuevo, por lo que la demanda cae y la producción y el consumo de recursos también caen.